
Los cinco sentidos pueden ser educados mediante ejercicios y prácticas, pero en el caso de los niños ciegos, al carecer del sentido visual, se han de potenciar los demás.
Sus propósitos musicales no presentan grandes innovaciones, la principal es su aplicación a niños invidentes. Sus principales objetivos son:
- Fomentar el uso del oído reemplazando a la vista.
- Desarrollar el sentido del ritmo, a menudo ausente, en los niños ciegos.
- Desarrollar la autoestima del alumno: en los ciegos y los sordos, la carencia de autoestima suele ser muy grande, llegando a producir verdaderos complejos de inferioridad.
En cuanto a la educación del ritmo, se contempla la realización de actividades relacionadas con el acento, el pulso y con el propio ritmo.
Algo que no se contempla en la educación musical convencional es la educación del tacto: para ello se van a construir instrumentos sencillos, van a sentir en sus dedos la vibración de triángulos, campanas o platillos después de ser golpeados, también se usa la flauta y la guitarra, pero con la intención del desarrollo del tacto.
En lo referente a la educación vocal, empleo métodos y actividades convencionales.
Por último, este sistema también tiene un apartado dedicado a la educación intelectual: en ella se va a trabajar los nombres y los valores de las notas, la lecto- escritura musical mediante el sistema Braille y la comprensión de la “belleza del sonido”, con actividades como la lectura de poemas líricos, ejercicios de frases cortas para las que el alumno debe encontrar textos, búsqueda de bajos continuos sencillos mediante xilófonos y otros instrumentos.
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