El Juego Musical como Recurso Pedagógico


Los juegos musicales constituyen una estrategia natural de aprendizaje, capaz de dinamizar y enriquecer todo el proceso educativo.

Su valor radica en los dos elementos que los configuran: el juego y la música (más específicamente las canciones), cuyas aportaciones en el campo de la educación están reconocidas por las corrientes psicológicas y pedagógicas más innovadoras.




El juego es un soporte fundamental para el desarrollo de las competencias del niño y necesita la atención, la concentración y la actividad de éste.

El juego puede favorecer una mejor toma de consciencia de uno mismo: por la diversidad de roles que ofrece y la posibilidad de desenvolverse en los parámetros de la actividad lo que se puede considerar como la realización de una pedagogía diferenciada.

Los aprendices cuando juegan se implican fácilmente en la actividad lúdica y en los intercambios del juego surge la imperiosa necesidad de un deseo de comunicación que no encuentra los medios adecuados.

Jugar en clases 

La eficacidad pedagógica del juego depende de la manera en que es introducido y puesto en marcha en una clase y del nivel de exigencia del docente en la selección de los objetivos.

Para dar al juego toda su dimensión pedagógica es importante tener en cuenta los siguientes aspectos:

El juego como toda otra actividad pedagógica, requiere una definición precisa de los objetivos de enseñanza- aprendizaje. No es una actividad solamente para entretener, es parte integrante del aprendizaje y solamente desempeña su función pedagógica cuando se practica en momentos determinados en la progresión de los aprendizajes.

El juego propuesto debe tener en cuenta la edad de los jugadores y el nivel de su desarrollo. Los pequeñitos estarán contentos con actividades motrices y sensoriales:

  •  A partir de los 5 años se podrá comenzar a proponer juegos de sociedad solicitando la participación individual de los niños. 
  • Los juegos que necesitan una cooperación entre los jugadores y desarrollo de estrategias comunes deberán ser programados a partir de los 7/8 años. 
  • A partir de los 9 años, se podrán proponer juegos simples de deducción y de lógica. 

Es necesario variar los tipos de juego propuesto con el fin de no privilegiar sistemáticamente el trabajo del mismo tipo de competencias manteniendo la motivación de los alumnos. Debemos dar a los niños la ocasión de identificar, de descubrir y de ejercitar sus competencias comunicativas orales a partir de acciones y formatos conocidos.

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